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Resumen semanal 22/06
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Resumen semanal 22/06

Guerra y pausa

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Albert Millan
jun 22, 2025
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Resumen semanal 22/06
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Disclaimer

LWS Financial Research NO ES un servicio de asesoria financiera, ni su autor está cualificado para ofrecer este tipo de servicios.

Todo el contenido de esta web y publicaciones, así como todas las comunicaciones por parte del autor, tienen un propósito formativo y de entretenimiento, y bajo ninguna circunstancia, expresa o implícita, deben ser consideradas asesoramiento financiero, legal, o de otro tipo. Cada individuo debe llevar a cabo su propio análisis y tomar sus propias decisiones de inversión.


Resumen macro de la semana

Esta semana ha habido muchos eventos interesantes que analizar en el panorama geopolítico y económico. A continuación, listo las noticias más destacadas. Vamos allá:

  • La Reserva Federal mantuvo sin cambios los tipos de interés en su reunión del 18 de junio, en un contexto donde el foco de atención ha dejado de ser la inflación pasada para centrarse en los riesgos que podrían venir: crecimiento estancado, presión en el mercado laboral y un nuevo repunte inflacionario ligado a la política comercial. Aunque la Fed mantiene en sus proyecciones una senda de recortes —medio punto en 2025 y solo un cuarto de punto en cada uno de los dos años siguientes—, el tono del comunicado es más prudente, incluso escéptico sobre la posibilidad de actuar pronto, y más consciente de la fragilidad del entorno macroeconómico.

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    Jerome Powell, en su rueda de prensa, fue claro: “No conviene dar demasiado peso a la senda proyectada de tipos, porque todo dependerá de los datos”. Si no fuera por los aranceles de Trump, los recortes ya estarían sobre la mesa, pero el shock de costes está a punto de llegar, según su opinión, y eso merece cautela. Las cadenas de distribución están lidiando con el dilema de quién absorberá el golpe: fabricantes, exportadores, importadores o consumidores. Pero como reconoció el propio Powell, al final alguien pagará, y será, en buena parte, el consumidor final. Es decir, los aranceles no solo encarecerán bienes, sino que podrían frenar la bajada de tipos durante meses, incluso si la economía se debilita.

    Las proyecciones económicas publicadas por la Fed pintan un cuadro casi de estanflación: crecimiento del PIB de solo 1,4% en 2025 (por debajo del 1,7% anterior), una inflación que sube al 3% anual (vs. el 2,6% actual) y el paro al alza hasta el 4,5% (hoy en 4,2%). A pesar de todo, la Fed sigue previendo recortes, aunque ahora más espaciados en el tiempo y con fuerte división interna: 7 de los 19 miembros no ven necesidad de bajar tipos este año, una señal clara de la incertidumbre dominante.

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    En cuanto al mensaje del comunicado, hubo ligeros cambios en el tono, que reflejan una cierta mejora en la percepción general:

    • Se suaviza el diagnóstico del mercado laboral: se elimina la mención a su “estabilización en niveles bajos” y se resume en que la “tasa de desempleo sigue baja”.

    • Se reconoce que la incertidumbre ha disminuido, aunque “sigue elevada”.

    • Se elimina cualquier referencia a un aumento de los riesgos de inflación y desempleo.

    Trump, por su parte, sigue a la suya y no se ha contenido. En paralelo a la reunión, llamó “estúpido” a Powell y sugirió reducir los tipos a la mitad, una propuesta que recuerda más a políticas de emergencia que a una gestión prudente del ciclo. También llegó a bromear —o no— con la idea de autoproclamarse presidente de la Fed. Por ahora, la Fed sigue resistiendo las presiones políticas, pero el ruido crece, y con él, la fragilidad del entorno. El margen de maniobra existe, pero la ventana se estrecha. La clave será cuánto tarda en materializarse el impacto inflacionario de las medidas comerciales, y si el mercado laboral cede antes.

  • Tras un inicio de año flojo, el mercado del uranio ha vuelto a activarse con fuerza en mayo, impulsado por la reaparición de la demanda institucional —en particular vía ETFs físicos— y por un renovado impulso político en EE. UU. El punto de inflexión más reciente (lo veremos en más detalle en el apartado de cartera modelo) ha venido marcado por Sprott, que anunció una colocación ampliada de 200 millones de dólares (bought deal), con capacidad para adquirir hasta 3 millones de libras de uranio físico en el mercado spot. Se trata de su primera compra desde noviembre de 2024 y podría representar hasta el 8 % del volumen spot previsto para este año. Esta operación ha coincidido con una fuerte revalorización del precio spot del uranio, que subió un 5,5 % en mayo —segundo mes consecutivo con subidas superiores al 5 %— hasta recuperar los 74 $/lb y borrar las pérdidas acumuladas en el año.

    Mientras tanto, los contratos a largo plazo se han mantenido estables en torno a los 80 $/lb, señal clara de que las utilities siguen priorizando estabilidad y cobertura a largo plazo frente a volumen. La disciplina de oferta y la escasez estructural siguen anclando al mercado en un déficit persistente.

    En paralelo, los mineros de uranio rebotaron con fuerza, con los productores más grandes subiendo +16,2 % y los juniors +14,2 %. Desde los mínimos del 7 de abril, las mineras han subido un 42 %, demostrando la enorme sensibilidad de este sector a los movimientos del precio spot y su elevada beta al mercado.

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    El carry trade también ha regresado, aportando liquidez y ayudando a estrechar el spread entre precios spot y de largo plazo, mejorando la transparencia del mercado y aumentando la confianza inversora.

    A nivel geopolítico, el impulso pro-nuclear se acelera:

    • EE. UU. reafirma su objetivo de 400 GW nucleares para 2050, con reformas regulatorias en la NRC y procesos de aprobación más ágiles.

    • Reino Unido compromete £12.000M para Sizewell C.

    • India planea cuadruplicar sus importaciones de uranio antes de 2033.

    • España y Kazajistán evalúan nuevas plantas.

    • Meta ha firmado un acuerdo con Constellation para garantizar suministro energético nuclear.

    • Organismos multilaterales como el Banco Mundial y el ADB están empezando a flexibilizar restricciones al financiamiento nuclear.

    Todo esto apunta a un nuevo soporte para el precio del uranio a corto plazo, con una recuperación de la actividad de compra por parte de utilities y un entorno de fuerte apoyo político y financiero. Además, la narrativa energética ligada a la IA (como en el caso de Meta) ofrece un nuevo vector de demanda estructural a medio plazo.

    Con los fundamentales intactos, retorno del apetito institucional, y una renovada hoja de ruta política a favor del nuclear, el uranio se posiciona como uno de los activos con mayor respaldo estructural del mercado de materias primas para 2025. La oportunidad sigue vigente.

  • El Senado de Estados Unidos ha aprobado, por una amplia mayoría bipartidista (68-30), la llamada GENIUS Act, el primer marco regulatorio federal para las stablecoins respaldadas en dólares. El texto pasará ahora a la Cámara de Representantes, donde previsiblemente será refrendado, allanando el camino para su firma por parte del presidente Trump antes de agosto. El proyecto exige que estos activos estén respaldados por reservas líquidas como efectivo o bonos del Tesoro a corto plazo, y obliga a los emisores a publicar mensualmente la composición de dichas reservas. La ley supone un punto de inflexión para el ecosistema cripto, que llevaba años reclamando claridad regulatoria para ganar legitimidad y tracción institucional, ya que el riesgo regulatorio y la incertidumbre legislativa frenaban mucho la adopción. No es casualidad que lleguen ahora todas las buenas noticias: en las elecciones legislativas de 2024, el sector invirtió más de 119 millones de dólares apoyando candidatos favorables a las criptomonedas. Ahora recoge frutos, no solo con legislación, sino con acceso directo a un entorno político que le es abiertamente favorable. Trump ha hecho de las criptomonedas una bandera electoral —y también personal—: su entorno ha impulsado el token $TRUMP y participa en World Liberty Financial, una firma cripto donde el propio presidente tendría participación indirecta.

    El problema es que esta confluencia entre política, legislación y negocio personal ha despertado fuertes críticas, especialmente del ala demócrata progresista (nosotros, a través del Research, ya sabéis que lo estamos jugando con varias SPACs…). A modo de ejemplo, Elizabeth Warren ha calificado la ley como un caballo de Troya que, bajo la apariencia de innovación financiera, facilita el saqueo institucional por parte de Trump. Además, denuncia que el texto no impone límites claros a la emisión de stablecoins por parte de grandes tecnológicas ni refuerza los controles contra el lavado de dinero (Amazon y Walmart no han tardado en plantear lanzar sus propias stable coins). En paralelo, los reguladores bancarios estatales —históricamente celosos de su autoridad— han advertido de que la ley otorga poderes excesivos a bancos no asegurados para operar a nivel nacional sin su supervisión.

    La realidad es que este avance legislativo llega en un contexto donde la urgencia política ha superado a la prudencia técnica. Que la primera gran ley sobre criptoactivos en EE. UU. surja bajo un liderazgo político tan comprometido con el sector —en lo simbólico y lo económico— pone en duda si se trata de regulación seria o simplemente de la formalización legal de un nuevo lobby financiero. La línea entre política fiscal y promoción personal nunca ha sido tan difusa.

  • Aunque la promesa inicial fue de 90 acuerdos en 90 días, de momento hemos conseguido uno y gracias. Trump y Starmer han formalizado un acuerdo comercial parcial entre EE. UU. y Reino Unido, rebajando aranceles sobre automóviles y eliminando por completo los del sector aeroespacial británico. Aunque queda lejos de un tratado integral, el movimiento evita un nuevo frente arancelario en plena campaña electoral y proporciona oxígeno político a ambas partes. Los puntos clave del texto son los siguientes:

    • Automóviles: Reino Unido podrá exportar hasta 100.000 vehículos al año a EE. UU. con un arancel del 10 %, frente al 25 % que soportan otros países.

    • Aeroespacial: Se eliminan todos los aranceles para piezas y aeronaves británicas.

    • Acero y aluminio: Se impone una cuota exenta de aranceles del 25 %, pero condicionada a garantías sobre la seguridad de la cadena de suministro.

    • Exportaciones cárnicas: Acuerdo recíproco para carne de vacuno (13.000 toneladas) y etanol, sujeto a estándares de seguridad alimentaria británicos.

    El acuerdo se presenta como una victoria para sectores industriales clave del Reino Unido —automoción y aeroespacial— en un momento de elevada tensión comercial global, pero quedan fuera sectores sensibles como el farmacéutico, sobre el cual se seguirán negociando condiciones preferenciales. También persiste el riesgo de nuevos aranceles bajo investigaciones abiertas por EE. UU.

    El simbolismo del acuerdo supera su alcance real. Trump llegó a confundir el tratado con la UE, y su comentario de que el Reino Unido está protegido porque me cae bien ilustra la precariedad de la base institucional del pacto. Aun así, es el único acuerdo hasta el momento, con lo que menos es nada...

  • La escalada entre Irán e Israel ha entrado en una fase crítica. Mientras continúan los ataques mutuos —incluyendo una nueva ofensiva israelí sobre instalaciones nucleares iraníes—, los intentos diplomáticos liderados por Europa han fracasado. Cualquier camino hacia un alto al fuego sigue bloqueado por una profunda desconfianza y por la presión interna de ambos bandos para no ceder.

    Sobre el terreno, el conflicto ha dejado ya al menos 430 muertos y 3.500 heridos en Irán, según datos del propio régimen, aunque organizaciones independientes elevan la cifra a 639. En Israel, los ataques iraníes han causado 24 muertos.

    El deterioro del entorno también ha alcanzado a infraestructuras civiles. Irán acusa a Israel de atacar hospitales, ambulancias y de provocar la muerte de varios sanitarios y un menor. Israel, por su parte, justifica sus ataques como precisos y limitados a objetivos militares, aunque admite posibles daños colaterales.

    El contexto nuclear añade gravedad al conflicto. Israel justifica sus ataques como preventivos para frenar un programa que, asegura, está a semanas de lograr armamento nuclear, algo que EE. UU. no confirma. La AIEA ha confirmado que un taller de centrifugado en Isfahán fue alcanzado, aunque sin material nuclear activo.

    En el plano internacional, mientras Turquía, Rusia y China piden una desescalada inmediata, Trump ha advertido que se tomará dos semanas para decidir si EE. UU. apoya militarmente a Israel, quien, por su parte, ha dejado claro que no detendrá su ofensiva hasta desmantelar por completo las capacidades nucleares y balísticas iraníes, lo que podría alargar el conflicto durante semanas. La región, una vez más, se enfrenta a la posibilidad real de un enfrentamiento regional abierto, sin mecanismos efectivos de contención a la vista. De fondo, los precios del petróleo se mueven a golpe de titular, y acumulan un fuerte premium geopolítico que los ha acercado, de nuevo, a los 80$/b, lo que era inimaginable hace tan solo unas semanas, cuando coqueteábamos con los 50$/b! Las productoras aprovechan este periodo de beneficios extraordinarios para maquillar un año que, de momento, ha sido muy flojo para la industrial del oil&gas…

Cartera Modelo

La rentabilidad de la cartera modelo es de +7.15% YTD vs +1.65% para el S&P500 (nuestra cartera en €, lo que resta a nuestra cartera un un 10% este año, si no ya estaría en doble dígito medio, vs el S&P en $) y del +79.6% vs +47.0% para el S&P500 desde inicio (septiembre 2022). A cierre del viernes, la composición es la siguiente:

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